La pasión sin duda alguna, si bien no anula la voluntad y la consciencia, sí la inhibe en cierto punto; en la pasión carnal por ejemplo una pareja llevada del momento de placer, no analiza con la respectiva lógica la acción concomitante y consecuente, se deja simplemente llevar por el efecto momentáneo y no mide las consecuencias del hecho; prueba de ello son los cientos de embarazos no deseados que se presentan día a día. En este caso particular, si el hecho carnal se hubiese analizado con lógica y con completo raciocinio es muy posible que no se ejecute el acto. La pasión también se presenta en el campo profesional, pues no cabe duda que hay quienes se apasionan con sus proyectos, apasionamiento que llega a un momento de obsesión, en el cual se pretende hacer realidad los proyectos, aún en contra de las leyes que nos regulan, siendo un claro ejemplo, el panorama que se puede apreciar en el Centro Histórico de Cuenca y sus alrededores, principalmente en el sector del estadio; lugares, en donde a pesar de las limitaciones legales, existen edificaciones nuevas, modernas y aunque muy bien diseñadas, atentan al ornato de la ciudad; a costa de ver realizado un sueño o una pasión; por ello, es que nuestra ciudad se encuentra con una arquitectura antigua y moderna totalmente entremezclada, pues hay Autoridades que sin medir la consecuencia de sus hechos frente a la belleza histórica, aprueban proyectos contraviniendo a los principios lógicos que deben caracterizar a la ciudad patrimonio de la humanidad; o en su defecto, permanecen impávidos, siendo testigos e incluso cómplices de como la ciudad destruye su imagen con construcciones ilegales que no se apegan a las normas municipales; en fin, a más de esta pasión proyectista y profesional, no cabe duda que nos ha rodeado en la actualidad una pasión por el dinero y por el poder, generando que todos nuestros actos basados en estos principios, estén en un gran número, viciados de intereses personales, generando una ceguedad permanente de las afecciones que se provocan al ornato. Si continuamos con esta tendencia egoísta y poco organizada a nivel urbanístico, me atrevería a pensar que para el año 2020, Cuenca no será sino un patrimonio perdido en el caos del tránsito, y las construcciones denominadas modernas; es por ello que como profesionales presentes y futuros, debemos concientizarnos de la existencia de un orden social y urbano que nos caracterice; debemos concientizarnos de que existen normas de construcción que están para cumplirlas, y no para violentarlas aprovechando el irónico silencio de quienes nos gobiernan, y la pasión desenfrenada de singulares intereses particulares; considero que ha llegado el tiempo en que la juventud debe tomar la posta para exigir cambios que generen un orden urbano, con reformas normativas que se hagan cumplir a cabalidad; con una culturización de patrimonio y ornato, que genere un futuro en donde nuestros hijos puedan vivir con orden y libertad, y en un ambiente, que aún se pueda llamar patrimonial; puesto que no existe futuro en un pueblo que ha enterrado su pasado, y más aún por sus propios errores.
En conclusión, quien se apasiona puede generar cosas maravillosas y positivas que pueden ser de bienestar común; pero de igual forma, la misma pasión al ser singular; aniquila la visión comunitaria, e indudablemente las pretensiones de un pueblo que se ampara en una ley, que por irresponsabilidad se la incumple.
ATT.
ESP. DR. PAULO GÁRATE R.
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